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domingo, 20 de septiembre de 2015

Taller sobre el libro "Chusco, un can vagabundo"y arquitectura modernista (CEIP Isaac Diaz Pardo junio 2015)

   Quien me conoce sabe que además de dibujar tengo otras dos pasiones, hablar como una maldita cotorra y los niños. Pues bien, qué mejor forma de unir estos tres amores míos que haciendo un taller para alumnos de primaria.


   Los protagonistas de "Chusco, un can vagabundo", el primer libro que ilustré, viven en una ciudad en la que podemos ver diferentes ejemplos de arquitectura gallega. Galerías de madera, edificios de piedra con soportales o preciosas muestras de arquitectura modernista llenan las ilustraciones. Tomé como modelos a edificios existentes de O Grove, Betanzos, Lugo, Pontedeume y sobre todo de mi hogar, A Coruña.

Detalle del nº 11-13 de la calle San Nicolás, A Coruña.

Ilustración de "Chusco, un can vagabundo" editorial primerapersona


   Desarrollé un taller relacionado con todo ello, sobre ilustraciones del libro y varias fotografías de edificios, pretendí enseñar a los niños un poquito de las causas que nos llevaron a construir casas alargadas y acristaladas, con soportales o con preciosas caras de mujer en la fachada. Además quise mostrarles lo original, atrevido y diferente que fue la arquitectura modernista, más cercana a los dibujos que ellos hacen en clase que a la aburrida y cuadriculada arquitectura que llena nuestras aburridas ciudades. Y es que los niños fueron capaces de mezclar a dios, a zombies y a un ejército de corazones en sus diseños de fachadas pseudo modernistas. Genios y figuras.


   
   En junio de 2015, tuve la oportunidad de llevar esta idea a la práctica, realicé los primeros cinco talleres y disfruté, la verdad, como nunca en mi vida. Fue en el CEIP Isaac Díaz Pardo los días 10 y 16 de junio. Tuve la suerte de pasar un rato genial con dos grupos de 2º y con tres de 1º de primaria. Niños de entre 6 y 8 años con los que me divertí mucho.
   Os dejo a continuación alguna foto de algunos de sus trabajos. Espero poder seguir desarrollando esta actividad en el futuro, con éste y otros libros que haya ilustrado. De estos locos bajitos uno no puede más que extraer cariño, simpatía y muchas, muchas risas.

Me gustaría haberme sentado a dibujar con ellos, la verdad, pero tuve que ponerme a dar vueltas por las mesas, había mucho que ver, muchas preguntas que contestar y muchas que hacer, ya que me dejaban alucinando con sus ideas.

Los niños estaban algo inquietos mientras yo les soltaba el minidiscurso de unos 5-10 minutos, en cuanto se ponían a dibujar la cosa cambiaba. Ojalá nunca dejen de dibujar y siempre sepan encontrar un rato de diversión y concentración gracias al dibujo.

Las cúpulas también se dejaron ver por el modernismo. En este dibujo vemos una preciosa cúpula celeste con sus estrellas y todo. Los niños hicieron cosas muy chulas.

Dos elementos del modernismo que más gustaron a los niños fue la costumbre de poner la fecha de construcción o el "nombre" del edificio en la fachada. En esta ocasión vemos un homenaje al MUNCYT, aquí llamado Museo Coruña :D

Algún niño se ceñía a algo parecido a un dibujo arquitectónico, otros no podían evitar incluir personajes e incluso acciones, muchos colocaron toboganes por todas las plantas con gente lanzándose por ellos a piscinas situadas frente a las casas. Creaban una especie de comic, algo semejante a 13 Rue del Percebe. En esta ocasión me dibujaron incluso a mí y a Chitón, uno de los personajes de "Chusco".

Algunos niños reprodujeron a su manera los famosos elefantes de la Calle Orzán y esos rostros femeninos que, inspirados en Elizabeth Seadel, amante del pintor prerrafaelita Dante Gabriel Rossetti, ocuparon un importante papel en las fachadas de muchos edificios modernistas.

De nuevo elefantes en la fachada. En la azotea vemos una trabajada barandilla floral tan del gusto de los niños y parecida a varias que existen realmente. La vegetación se vio reflejada habitualmente en este movimiento.

Los niños a menudo copiaban algún detalle a sus compañeros de mesa, pero en cuanto se soltaron, cada uno personalizó su dibujo.

Aquí en el momento de la despedida, un placer haber pasado por el Isaac Díaz Pardo y ver dibujar a estos grandes ilustradores.


   Antes de terminar agradecer a los profes, en especial a Aurora Diaz, por hacer posible todo esto.

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